Ciclo Ángela Ruíz Robles

Desde sus inicios como maestra constató que la educación se estaba quedando rezagada respecto a los avances tecnológicos de la época. Por esa razón, su gran ingenio se centró en la innovación, en descubrir métodos de aprendizaje más creativos y visuales para sus alumnos.

En 1916 creó su primer invento, un sistema  taquimecanografico que perfeccionó en la década de los 40. En 2 de sus libros publicados en 1938 y 1941 [][], describe un sistema taquigráfico con el que escribir y traducir de manera más veloz gracias a una máquina con nuevos signos y caracteres enlazados de modo sencillo y sistemático.

En 1949 inventó el “libro mecánico”. En la patente (190698) se describe como un “procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros”. Un aparato de “enseñanza intuitiva, amena y para aprovechar con rapidez los momentos que la atención pueda estar fija hacia un punto determinado”. 

Consistía en unas láminas en las que se podía pulsar zonas y gracias a un circuito eléctrico iluminaban texto con explicaciones. En la patente pretendía que la lámina fuera “luminosa” y un sistema de aumentos para facilitar la lectura. No consiguió financiación para su fabricación y pagó la patente religiosamente hasta 1961.

Desde 1952 estuvo trabajando en la “Enciclopedia Mecánica”, más ambicioso que el libro mecánico. En esta “enciclopedia” los contenidos de cada asignatura se desarrollan a lo largo de tiras de papel dispuestas en rollos intercambiables. Estas bobinas se desplazaban detrás de una pantalla transparente con cualidades ópticas. Incluía superficies para hacer anotaciones y borrar lo escrito,  abecedarios para formar sílabas, palabras o pequeñas frases, sonidos grabados y de diversos compartimentos material escolar de dibujo e instrumentos científicos (reloj, brújula, termómetro, barómetro).

En 1958 publicó el Atlas Científico-Gramatical, donde se podía aprender el español a la vez que se conocía la geografía de España. Se mostraban los contenidos relacionando las lecciones de ortografía, morfología, fonética y sintaxis con la geografía del país.

Patentó la “Enciclopedia Mecánica” en 1962 (patente 276346)  y construyó su primer prototipo en el Parque de Artillería de Ferrol hecho en bronce (abecedarios), madera (bobinas) y zinc (caja).

En 1970 tuvo una propuesta desde EEUU para fabricar su invento pero la rechazó porque quería que se explotara en España. En 1971, el Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada, S. A. (ITEMASA) realizó un plan de viabilidad del producto. Se pretendía la fabricación de 10000 unidades en acero y plástico, con un peso de 150 gramos y un precio entre 50-75 pesetas (asequible a todas las familias). Pero la cantidad de dinero (100.000 pesetas) que la inventora debía desembolsar escapaba a sus posibilidades.

Doña Angelita, la pionera del libro electrónico, falleció en 1975 pagando puntualmente las cuotas de su invento que no pudo desarrollar y distribuir.